Stiamo percorrendo l’Italia: guarda tutte le date! →

He sido deshonesta contigo

Carlotta Cerri
Salva

El sábado fuimos a un restaurante. Llegamos a las 13:28 y esperamos hasta las 13:30, hora de apertura. Cuando entramos, nos pidieron que esperaramos afuera (en una acera cerca de la calle, con dos niños pequeños hambrientos) cinco minutos más hasta que estuvieran listos. Todavía estaban en sus ropas normales y fregando el suelo.

Esta fue mi conversación con el camarero:

“Pensaba que el restaurante abriera a las 13:30”

"Así es”

“Entonces debería poder sentarme porque son las 13:30 ahora”“Todavía no tenemos el uniforme puesto y estamos terminando de limpiar”

“Ya veo. Pero si el restaurante abre a las 13:30, deberíais fregar el suelo a las 13:15 y tener el uniforme puesto a las 13:30. Es que a mí me gusta este restaurante, hoy esperaré y seguro que volveré otro día, pero alguien más podría irse y perderíais un cliente. Es el ABC del negocio, ¿no crees?”.

Mi marido odia cuando hago esto, tal vez a la mayoría de la gente no le gustaría. Podría dejarlo, por supuesto que podría, y esperar los “cinco minutos” de mi cada día. Pero ¿por qué? ¿Por qué aceptar y no hablar abiertamente si estoy descontenta con algo?

En la vida real

expreso mis opiniones con fuerza.

En la vida real digo lo que pienso, no importa lo impopular que sea. No importa si la gente lo interpreta diferente, si las conversazione no se alinean—a veces no se puede hablar mariposa a caterpillar.

En la vida real no tengo filtros ni vergüenza al expresar mi propia verdad. Soy lo suficientemente fuerte como para hacerle frente. No aprecio a las personas que se quejan en privado y sonríen en público, y se lo digo apertamente. No miento si estoy infeliz o desilusionada. Voy en contra de la corriente y hablo de ello con brutal honestidad.

En la vida real no temo equivocarme — tengo la capacidad intelectual de aceptar cuando el error y la humildad de disculparme. Evoluciono cada día y cada día me siento inspirada también por lo que me hace sentir mal y juzgada.

En mi blog

me contengo. Me censuro constantemente.

En mi blog, lo que lees soy yo. Pero hay otro lado (¿muchos?) de mí y mi escritura que necesito empezar a compartir contigo.

Investigo y leo mucho, soy más educada que el promedio. Mis opiniones son fuertes, a veces incómodas. Pero las expreso con timidez. Tengo miedo de decepcionarte, exagerar, perderte.

Escribo y vuelvo a escribir una y dos veces cada artículo, buscando ese ángulo políticamente correcto, esa voz diplomática, porque temo que mi siguiente nivel de honestidad sin filtros te pise los pies o lastime tu ego.

Pero una de las cosas que he aprendido en 2018 es: no es mi responsabilidad preocuparme por como la gente percibe mi información, mis gestos, mis palabras. Mi responsabilidad es decir mi verdad con todo el respeto que puedo.

Eso es lo que necesito empezar a hacer en mi blog. Como ya hice en mi cuenta de Instagram, tengo que remover los filtros.

¿Qué te parece?

¿Te gustaría leer una yo sin filtros y censuras? ¿O te lastimaría leer algo que sintieras como una crítica a tu forma de ser, criar a tus niños, vivir? ¿O te daría alimento para los pensamientos y  te motivaría a evolucionar?

Accedi alla conversazione

Parla di questo post con il team La Tela e tutta la community e unisciti alle conversazioni su genitorialità, vita di coppia, educazione e tanto altro.

Ti consiglio anche

Hace unas semanas, la hermosa conferencia online de Happily Family sobre la crianza me ha recordado el concepto de “mindfulness” (que literalmente significa “concienciación” per...
6 min
Blog
Tengo que sacarme algo de encima..A veces me parece que hay muchos malentendidos y confusión acerca de Montessori. Alguien piensa que sea una moda, incluso pretenciosa. Alguien ...
5 min
Blog