Nuestra dulce Ellie, empezaste a sonreír con una semana, dos semanas después sonreías si te sonreíamos, y pronto empezaste a reír y tener largas conversaciones. Cuando tenías solo 4 meses decidiste que no querías gorras así que, ¡se acabó con las gorras! No tenías ni 5 meses cuando te sentaste sola y un nuevo mundo de posibilidad se abrió delante de tus ojos curiosos (tu expresión de ese día está tatuada en mi corazón!). Y ahora acabas de cumplir 6 meses, y estás gateando ya.
A veces te miro y siento tu prisa de crecer y poder hacer todas las cosas maravillosas, los bailes y las poses de yoga que hace Oliver. Pero tienes tanto tiempo para hacer todo esto… ve despacio, mi pequeñína!