A los 6 años, los niños están entre el primer y el segundo plan de desarrollo: ya son grandes, pero todavía pequeños.
Es como si estuvieran solos en un puente que les lleva hacia la pubertad: a veces avanzan rápido y nos parecen tan grandes; otras veces miran hacia atrás, nos ven más lejos y recuerdan que quizás en realidad no quieren ser grandes. Y entonces vuelven un poco atrás. En ese momento, puede ser que surja un comportamiento incómodo, de "niño pequeño": no es una regresión, no es un capricho, es una necesidad de nuestra presencia, de tenernos un poco más con ellos, porque se dan cuenta de que se están alejando más y más. Démosles la bienvenida.