Cuando era adolescente, me despertaba tarde. Después de una noche de marcha, era capaz de dormir hasta la tarde, levantarme para comer y volver a la cama.

Hasta que he conocido a Alex, que es el opuesto. A él le encanta despertarse pronto para aprovechar del día. Poco a poco, me ha convertida, me ha enseñado lo bonito que es haber hecho mucho antes de que la gente normal se despierte. Hacer deporte para empezar el día. Hacer un desayuno grande y sano (huevos y bacon cubren los dos requisitos). Es un estilo de vida mucho más sano u una costumbre que me alegro haber cogido en estos años.

A veces vamos a correre, a veces trabajamos con el ordenador en la cama, a veces nos levantamos, empezamos el día y después limpiamos la casa juntos antes de que Alex se vaya a a la oficina. Es una buena manera de empezar el día. Me hace sentir bien.

Si quieres probar, aquí tienes unos consejos de Leo Babauta (está en inglés) para conseguirlo: 10 Benefits of Rising Early, and How to Do It.