Usar miedo y amenazas para controlar los niños está mal!

Carlotta Cerri
4 marzo 2020
Salva

“Deja de hacer eso o llamaré a la policía”, “No vayas allí que está el monstruo”.

Aunque estuvimos criados con estas frases y podríamos pensar que son inocentes, la verdad es que a largo plazo el flujo de emociones y recuerdos que provocan es perjudicial para nuestros hijos. No solo eso: les enseña que el miedo es una herramienta para manipular a las personas, les enseña a escuchar ciegamente a las autoridades en lugar de usar su mente crítica; y poco a poco, a medida de que aprenden la verdad, les enseña a no confiar en nosotros.

Quiero contarte una anécdota.

Hay una hermosa guardería/escuela cerca de nuestra casa en Bali, que tiene una cafetería con un club infantil donde los niños pueden jugar supervisados ​​por el personal, mientras los padres trabajan o disfrutan de un café.

El primer día a Oliver y Emily les encantó y salieron felices. El responsable me contó que Emily había llorado brevemente por mí, pero luego paró así que no viviendo a buscarme como les había pedido en caso de crisis (yo estaba trabajando en la cafetería).

El segundo día, Emily dijo que no quería entrar, pero cambió de opinión cuando vio que había diferentes cuidadores (pero en ese momento yo todavía no había conectado las dos cosas).

Al tercer día, Emily no quiso entrar. “No me gusta la persona”, señalando a una de las cuidadoras. Dejé que Oliver entrara solo y mantuve a Emily conmigo para que pudiéramos hablar. “Dijo que llama a los bomberos si lloro, pero yo no lloro”. Más tarde, Oliver confirmó que la mujer el primer día había dicho que llamaría a la policía si Emily seguía llorando.

Emily tiene tres años, es muy vocal, sabe lo que quiere y si non quiere algo se hace respetar. Yo soy el tipo de madre que entiende, escucha, cree en sus hijos y nunca descarta las emociones. Con Oliver y Emily, hablamos sobre cómo no es correcto ni justo decir cosas que no son ciertas solo para asustar a alguien; les sugerí que si un extraño alguna vez dice algo que les asusta o confunde y que nunca han escuchado de Alex o de mí, simplemente tienen que decir: “No lo creo, le preguntaré a mi mamá”.

Pero no todos los niños son como Emily, y no todos los padres toman una queja de sus hijos en serio: otro niño podría no ser capaz de explicarlo, otro padre podría no creerle. Otro padre podría pensar “mi hijo está siendo difícil”, descartar su emoción y mandarlo a la guardería de todas formas. Y es posible que el niño no llore ese día por temor a que venga la policía y así el cuidador podría no “tener que” volver a usar la amenaza.

La situación parecerá resuelta, pero el niño tendrá una nueva cicatriz en su corazón y en su cabeza.

Usar la policía, los monstruos o cualquier autoridad (incluido Dios, si eres creyente) como una amenaza para hacer que los niños se comporten bien, o como una consecuencia negativa de los comportamientos incómodos de los niños es INCORRECTO. Amenazar a un niño, usar el miedo para que actúe como queremos, y jugar con la incapacidad de un niño de detectar una mentira, NUNCA ES CORRECTO, en ninguna familia, escuela, guardería, circunstancia y cultura.

La mañana después, Oliver y Emily tuvieron esta conversación:

Oliver: “Emily, ¿quieres venir al area de niños conmigo?”

Emily: “No”.

Oliver: “Pero mamá ya le dijo que no dijera eso”

Emily: “Ok”.

No fue Oliver a convencer a Emily, por supuesto. Emily decidió ir porque se sintió fuerte: ahora sabía que lo que había dicho la cuidadora no solo no era Gerda, sino también estaba mal, y Emily ahora tenía las herramientas para responderle.

Fue una lección increíble para todos los involucrados (incluido el club de niños, porque fui muy directa con ellos), y me hizo dar cuenta una vez más de la gran diferencia que existe entre una guardería que usa “formas tradicionales” (recompensas por buenos comportamientos, castigos por malos comportamientos, amenazas vacías, miedo como técnica de control…) y una guardería basada en el respeto al niño, la honestidad, la disciplina positiva y la educación emocional.

Y aunque no siempre es posible elegir la guardería que realmente deseamos para nuestros hijos (por muchos factores: dinero, disponibilidad, distancia… ignorancia, incluso), en la comodidad y privacidad de nuestro hogar, los padres no tenemos ninguna excusa. Podemos decidir adoptar una educación respetuosa, decir no a lo que no nos gustaba que nuestros padres hicieran con nosotros, evitar castigos y amenazas vacías, dejar de usar el miedo para controlar comportamientos, cambiar frases que no nos gustaría que nos dijeran a nosotros mismos.

PODEMOS DECIDIR HOY MISMO.

De DECIR QUE NO a una educación tradicional, incluso si nos criaron de esa manera.

De EVITAR una relación basada en la autoridad de los padres.

De DEJAR de creer que nuestros hijos nos deben respeto incondicional.

De CAMBIAR la conversación con nuestros hijos a una positiva.

Con todos los recursos y el acceso al conocimiento que tenemos hoy, los padres podemos decidir educar a nuestros hijos de manera diferente, de una manera más positiva, respetuosa y amable. Porque tenemos la oportunidad (y la responsabilidad) de crear la primera generación de padres — nuestros hijos — que saben que ser padre no significa enseñar, significa aprender.

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Carlotta
Ciao! Sono Carlotta, creatrice de La Tela e viaggiatrice a tempo pieno insieme alla mia famiglia, Alex, Oliver ed Emily.

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