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El poder de NO quejarse: ¿podrías hacerlo durante un mes entero?

Carlotta Cerri
Salva

Hoy mi amiga Megan compartió una publicación sobre el poder de no quejarse. En mi experiencia, quejarse es típico de aquellas personas que siempre ven el vaso medio vacío y tienden a la negatividad y al pesimismo: lo sé porque estas características solían pertenecerme al 100% hasta hace unos años. En los últimos 10 años, sin embargo, he trabajado duro para cambiar esta parte de mi personalidad y hoy en día cualquiera que no me conoce profundamente ni siquiera se imagina que la lucha contra la negatividad solía ser parte de mi vida diaria.

Por eso, quejarse es algo de lo que estoy muy consciente y 1. No me gustan las personas que se quejan de todo, tanto que tiendo a distanciarme de ellas y 2. Sé que todavía tengo la tendencia a quejarme en casa.

Esta mañana, Alex cerró de un golpe un armario de la cocina cinco veces. A la quinta vez, me quejé, y él me explicó que lo hacía por costumbre, porque en el piso anterior los armarios tenían una resistencia que permitía un pequeño empujón al cerrarlos. Es verdad. No tenía nada por que quejarme.

Entonces decidí crear un pequeño desafío para mí misma: a partir de hoy, durante un mes ENTERO, no me quejaré de nada.

Esto es lo que voy a hacer, en lugar de quejarme. Cuando tengo ganas de quejarme de algo: el comportamiento de las personas, el comportamiento de los niños (que merece su propia categoría ;-), las cosas que me molestan, las situaciones incómodas, en lugar haré esto:

Me concentro en la razón por la que algo podría estar sucediendo de la forma en que sucede: “Tal vez sea porque…”. En el escenario de esta mañana, podría haberme dado cuenta fácilmente de que había una razón detrás del comportamiento de mi marido, ya que él no suele cerrar los armarios de un golpe. Entender el porque detrás de los comportamientos y situaciones desarrolla una mente más flexible, tolerante y aceptadora.

Pienso en una alternativa constructiva “Podría ser mejor así”. En el escenario de esta mañana, podría haber dicho: “Estos armarios son raros, ¿no? Me he dado cuenta de que hay que acompañarlos para que no cierren de un golpe”. Algunas veces, sugerir alternativas puede sonar a predicar, pero la gran diferencia la hacen las palabras que eliges y del tono que usas: podría ser útil preparar mentalmente un par de frases amables.

Encuentra algo positivo y di eso en lugar de la queja. También no decir nada es una opción, ¡pero yo prefiero expresarme! ;-) Esto es complicado: por ejemplo, en el escenario de esta mañana quizás no habría encontrado nada positivo en el momento. Sin embargo, en retrospectiva, como sé que estaba usando el armario donde se ponen los platos para secar, podría haberle dicho en tono de broma: “Bueno, ¡al menos sé cuándo estás fregando los platos!”. En mi experiencia, encontrar algo positivo y ser capaz de bromear sobre una situación que no nos gusta es una buena manera de volver a calibrar nuestra mente para pensar más en positivo.

Y cuando te sorprendes a quejarte, puedes solucionarlo de inmediato: “¡Uf, hoy hace mucho calor! Pero no quiero quejarme, ¡es bonito poder vestirse más ligera!”.

¿Por qué crear un desafío de un mes? En mi experiencia, se puede crear cualquier habito en un mes, y me parece que darme un marco de tiempo me motive a empezar y seguir.

Yo empiezo hoy, ¿por qué no te unes a mí?

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