¡Feliz tercero cumpleaños, Emily!

Terminas tu tercer año en Vietnam llevando un Ao Dai, el vestido tipico vietnamita

Siempre me cuesta escribir sobre ti. Miro una hoja en blanco, escribo algo y luego lo borro. Es como si no pudiera ponerte en palabras. Siento que todo lo que escribo ni siquiera se acerca a describir la persona increíble que eres.

Así que este año, para tu tercer cumpleaños — oh, ¿cómo tienes ya tres años? — solo te voy a dar las gracias.

Gracias por ser mi sol eterno. Gracias por tener solo positividad y optimismo en tus venas. Gracias por obligarme a sonreír incluso cuando no tengo ganas. Gracias por aguantarme la cara con tus manos y acariciarme el brazo cuando lloro. Gracias por despertarme con una sonrisa cada mañana. Gracias por coger mi mano cuando dormimos juntas por la noche. Gracias por decirme “my best mamma” mientras abrazaba mis piernas. Gracias por extrañarme cuando no estoy y por darme la bienvenida una hora después como si hubiera estado fuera durante días. Gracias por seguir queriendo tocar titti antes de dormirte, cuando necesitas consuelo o cuando te haces daño — es lo más cerca que tenemos a amamantar, y lo apreciaré mientras dure. Gracias por amar a Oliver de la manera que lo haces, y dejar que él te ame a su manera — veros juntos es la alegría más profunda de mi día a día.

Te amo y amo cada momento de nuestra relación más de lo que pueda expresar con palabras.

Feliz cumpleaños, my best Ellie!

Your best mamma

PD. Ahora no me malinterpretes: como alguien dijo en Tailandia, eres un chili tailandés, pequeño pero muy picante… ¡y a menudo me vuelves loca! Cuando no quieres caminar por más de cinco minutos. Cuando te niegas a comer a menos que haya un pescado entero en tu plato. Cuando te regaño y tú me ignoras…

¿Pero honestamente? Sigue defendiéndote, volviéndome loca y sin estar de acuerdo conmigo, mi piccolina, me encanta verte desenvolverte en una persona independiente, inteligente y capaz de pensamiento crítico.