Granja con niños: Thung Dong Farm Stay (Chiang Mai,

Lloramos al dejar Thung Dong Farm Stay esta mañana. Cuando digo “lloramos”, quiero decir también Alex y yo. Cuando digo “Thung Dong Farm”, quiero decir Ae.

Ae es Thung Dong Farm Stay. Él es el hombre que hace 15 años dejó Bangkok, compró una casa y un terreno en las selvas cerca de Chiang Mai, y construyó esta granja.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que el negocio de la granja no era para él, sabía que quería encontrar una forma creativa de ganarse la vida sin tener que matar y vender animales: así que comenzó a cavar (literalmente, hizo todo con con sus propias manos, ¡incluido el lago!), aprendió inglés mirando America’s Got Talent (y también su versión británica, “para comprender el acento” <3), y convirtió su granja en un negocio de experiencia en la granja.

Fue valiente (¡estamos hablando de Tailandia hace 15 años!), pero su valentía mereció la pena, ¡y el resultado es sorprendente! Thung Dong Farm Stay es una fascinante granja tipo hotel con gallinas, gansos, patos, vacas, perros, peces, gatos, una algalia, erizos, conejitos y rodeada de una naturaleza impresionante. Oh, ¿mencioné el ciervo?

Nos alojamos en la Farm House, una hermosa casa tradicional tailandesa con paredes solo en las habitaciones y en el baño (¡de verdad!), que da al jardín de hoja perenne y al lago. No solo nos sentimos como reyes, sino también comimos como reyes: todas las comidas tradicionales tailandesas son auténticas, deliciosas y caseras (e incluidas en el precio).

Los niños ayudaron a Ae en la granja, dieron de comer a los animales (¡todo el tiempo!), se hicieron amigos de Sam el perro y Ruby la bebé de algalia, montaron con Ae en la moto al estilo tailandés (tres en una moto sin casco), hicieron manualidades con Ae, fueron a hacer la compra en el pueblo con Ae: durante nuestra estadía de cuatro días en la granja “¿dónde está Ae?” era en el nuevo “Tengo hambre” (que mi hijos dicen a todas horas ;-).

Alex y yo nos relajamos, trabajamos, recibimos masajes en la terraza — nuestros pensamientos interrumpidos solo por las risas de los niños y los sonidos de la naturaleza.

Todos los días, Ae nos llevaba a magníficas excursiones (¡el impresionante café del árbol The Giant y las cascadas de Mae Kampong fueron lo más destacado!), un día hizo una gran linterna de aire caliente con los niños que soltamos en el aire por la noche, y la última mañana los niños le ayudaron a hacer dos Krathongs de despedida que luego lanzamos al lago, tras pedir un deseo.

Ae nos recibió como familia, y amó a Oliver y Emily como a sus propios hijos — y los cuatro le amamos de vuelta. La granja Thung Dong creó la experiencia, pero Ae creó todos los recuerdos especiales.

Si alguna vez te encuentras en el norte de Tailandia, ve a quedarte con Ae unos días y dale un abrazo por nuestra parte. Hasta la próxima, Ae, estás en nuestros corazones.